ARTURO ARCÁNGEL, Colombia, 1937.
POEMA CIENTO NOVENTA Y NUEVE
|
|
|
En mi país
no hay pena de muerte porque se cree - todavía - que Dios es el dueño de la vida, que los asesinos salen de su mano ......y son sagrados.
En mi país
no hay pena de muerte. Los asesinos desayunan con sangre y adornan como plantas las avenidas y esquinas; se cree - todavía - que Dios los riega con la lluvia.
En mi país
no hay pena de muerte. Los reyes Católicos nos enseñaron el quinto mandamiento escrito en pergamino-piel-de-esclavo. No podemos matar al asesino, nos enseñaron a dejarnos matar sin matar.
...
En mi país
no hay pena de muerte. Por eso izamos bandera tricolor con rojo - sinónimo de sangre -. |
...........CERTEZA DEPRESIVA
Ya la vida
no tiene
una vuelta de regreso
lo que pasó
..........pasó
asistimos ilusos al momento en que todos
..........................................edificamos sueños
y luego fue el derrumbe
...........desgobernando el alma
lo que pasó
..........pasó
a llorar si es consuelo
o a morir
...si no queda
...ya un posible remedio
ya la vida
no tiene
una vuelta de regreso
ni los ángeles alas
ni el corazón su vuelo
ni el amor hecho pájaro
................hace un nido de nuevo..
............TRAS LA SIEMBRA
Sólo soy una sombra
.....................pasajera,
..............un par de alas en sobrevuelo
.................................................pleno,
..............una voz que recorre las ciudades
..............una voz que pronuncia los poemas
..............y parte tras la estela de su eco.
Sólo soy
el que sigue su camino,
el que nunca regresa
porque nunca se ha ido.
Estoy,
de ahora en adelante,
como un grito acampando en todos los oídos.
Si
marcho,
sólo voy
a tratar de encontrarme
porque no sé quién soy,
porque en cada poema
me dí tanto a los seres
que soy,
.......irremediablemente,
.......el que nunca se ha ido.
sólo voy
a tratar de encontrarme
porque no sé quién soy,
porque en cada poema
me dí tanto a los seres
que soy,
.......irremediablemente,
.......el que nunca se ha ido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario